Cuando llegó en agosto de 2017 Ignacio Arce reconocía que La Ciudadela lo había cautivado. Incluso antes que el paranaense hubiera pisado el césped de Bolívar y Pellegrini con el escudo “santo” ya se emocionaba. “Me impactó la hinchada. Y lo bueno es que la voy a tener de mi lado”, celebraba hace menos Arce, quien el domingo fue de los más eufóricos al festejar el ascenso a la Superliga.
Antes de guardar para siempre en su memoria el 2 de junio de 2018, el arquero tenía ya dos fechas que marcaron su historia con La Ciudadela. Cuando tenía 17 años, siendo arquero suplente de Unión en la B Nacional, descubrió la pasión de los hinchas “santos” que quería sentir alguna vez. Ya entonces se llevó un souvenir “rojiblanco”: el buzo de Marcos Gutiérrez que le atajó ese día un penal a Juan Pablo Avendaño. Y en abril del año pasado, cuando defendía el arco de Crucero del Norte, Arce se fue del campo de juego aplaudiendo a la tribuna local.
Esos mismos que veían con curiosidad el gesto del arquero, en ese entonces visitante, son los mismos que se acostumbraron al estilo del guardameta. A Diego Cagna, el DT que lo trajo, lo convenció rápidamente, pero quizás para los simpatizantes no fue tan fácil. A “Nacho” no sólo le gusta atajar, también jugar. “Cuando uno hace su trabajo con humildad y se van dando las cosas se genera un cariño con la gente. Uno tiene algunas condiciones que son más favorables que otras y este semestre me salieron muchas cosas a favor y se habló mucho de ello”, especificó.
El arquero “santo” fue durante la campaña casi como un jugador de campo, también para el actual técnico, Rubén Darío Forestello. “Nacho”, desde lo más profundo de la cancha, asistió con algún pelotazo. La acción generó altas dosis de peligrosidad en los campos rivales. “Lo importantes es que nunca nos creímos más que nadie. Fuimos de menor a mayor y el mejor equipo del torneo. Teníamos que cerrar con una goleada”, destacó el golero “santo”, el único jugador que ascendió y estuvo la totalidad de los minutos que duró cada partido de San Martín. Además Arce sumó el tercer ascenso de su carrera ya que antes lo había logrado con Unión, a Primera División y con Atlético Paraná, a la B Nacional. Ahora la Superliga lo espera.
PUNTO DE VISTA
Nunca vi un hincha tan fiel como el de San Martín
Germán Caffa - Ascendió con San Martín en 2008
Siempre estoy al tanto de San Martín porque le tengo mucho aprecio al club y a la gente. Casi todos los mejores momentos de mi carrera los pasé ahí. Hubo partidos difíciles; realmente todos son difíciles en la B Nacional. En los playoff, el 3-3 contra Villa Dálmine, fue tremendo. Ese partido lo sacó adelante la gente que empujó al equipo como siempre lo hace. El hincha de San Martín es un fanático: no importa en la categoría o ciudad que se juegue, siempre acompaña. Jugué en más de 15 clubes en mi carrera y nunca vi un hincha tan fiel. A Arce no lo conozco mucho; no lo vi en vivo. Que juegue con los pies es propio del fútbol moderno. Actualmente se trabaja mucho más con los pies, antes no era tan así. Mi sueño es jugar mis últimos años en San Martín y que mis hijos me vean en La Ciudadela. Lo que viví ese año fue impresionante. Hasta hoy me retribuyen en las redes sociales.